En su aplicación específica a la biología, la homeostasis es el estado de equilibrio dinámico o el conjunto de mecanismos por el que todos los seres vivos tienden a alcanzar una estabilidad en las propiedades de su medio interno y por tanto de la composición bioquímica de los líquidos, células y tejidos, para mantener la vida, siendo la base de la fisiología. En pocas palabras es una tendencia a un equilibrio en el ambiente interno.
Por lo tanto toda la organización estructural y funcional de los seres tiende hacia un equilibrio dinámico. Esta característica de dinamismo, en la que todos los componentes están en constante cambio para mantener dentro de unos márgenes el resultado del conjunto (frente a la visión clásica de un sistema inmóvil), hace que algunos autores prefieran usar el término homeocinesis para nombrar este mismo concepto.
En la homeostasis orgánica, el primer paso de autorregulación, es la detección del alejamiento de la normalidad. La normalidad en un sistema de este tipo, se define por los valores energéticos nominales, los resortes de regulación se disparan en los momentos en que los potenciales no son satisfactoriamente equilibrados, activando los mecanismos necesarios para compensarlo. Hay que tener en cuenta que las diferencias de potencial no han de ser electromagnéticas, puede haber diferencias de presión, de densidades, de grados de humedad, etc. Por ejemplo, la glucemia, cuando hay un exceso (hiperglucemia) o un déficit (hipoglucemia), siendo la solución en el primer caso, de la secreción de insulina, y en el segundo, la secreción de glucagón todo ello a través del páncreas, y consiguiendo nivelar la glucemia a concentraciones que son estables y que aportan equilibrio en el metabolismo. El sistema nervioso reporta al cerebro la sensación de hambre cuando, en el caso que estamos desarrollando, no hay una forma inmediata de satisfacer los desequilibrios glucémicos deficitarios. Hemos de tener en cuenta que es menos costoso procesar glúcidos que descomponer lípidos (el estado estable de los glúcidos) para obtener el material necesario que componen los paquetes de ATP celulares.
La homeostásis también está sometida al desgaste termodinámico, el organismo es sometido a las variaciones constantes del medio y su efectividad va mermando con el paso del tiempo. Encontramos pues, que los organismos se van adaptando a su realidad termodinámica con el paso del tiempo.
Por lo que si establecemos dos puntos de comparación, el momento del 'nacimiento' y el momento antes de su muerte, podemos establecer que las funciones que regulan la homeostásis dejan de funcionar en un instante en el tiempo en el que es termodinámicamente imposible continuar sosteniendo dicha estructura.
Un organismo enferma en el momento que se requiere un aporte extra de energía para sostener el ciclo homeostático. Agentes patógenos, tales como los radicales libres, virus o bacterias, pueden comprometer ese ciclo. La enfermedad es una respuesta ante la invasión del medio, que limita al organismo a sus ciclos vitales esenciales, para destinar el resto de los recursos en preservar en el tiempo la función homeostática.
Estadísticamente hablando, se puede decir que para el ser humano la edad más equilibrada para esta función es a los 30 años. A partir de esa edad, el equilibrio va inclinándose hacia el lado termodinámico más desfavorable. FUENTE http://es.wikipedia.org/wiki/Homeostasis
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